roja, violenta sobre mis manos
queriéndote guardar
obsesionada con los ojos
de un desconocido
no descanso, no contemplo la noche
como lienzo onírico
me desespera esperar
y confundirte
de nuevo y otra vez
resuenas en mi pecho, revoltoso
y me preocupa este tropiezo
cardiovascular
acompañado del destierro repentino
de la tierra bajo mi cuerpo
haciendo presión
pálpito perdido
y en mis rincones, escondidos
están
el tiempo se ríe
también de nosotros