La miraba como si viera a un extraterrestre.
Le hablaba en un idioma desconocido
empapándose las mejillas de despojos.
Retrocedió con cuidado hasta alcanzar la pared.
Le caían los pantalones
a la vez que le resbalaba la entereza
pierna abajo.
"Me acostumbré a tu cuerpo
línea armoniosa sobre mi caos perfecto
respirando tranquila, sintiéndome un poco más cerca
si dormías.
Y ahora que nos vamos los dos, por alejarnos y echarnos de menos
alumbrar distancias que me aten más a ti
amputarme los dos brazos
enlazados a tu espalda
y tu figura de múltiples esquinas
cayendo pesada sobre la mía
aplastándome el pecho
así me gusta sentirte.
Dentro."
Él la quería.
Y tanto que la quería.