Había una vez un Rey.
Oyó hablar de un mago, y pidió que se presentara en su corte, para preguntarle:
- Necesito que me des el secreto de la felicidad; pienso pagarte con parte de mis innumerables riquezas.
- Lo siento - dijo el Mago - pero ni todas tus riquezas conseguirían pagarme. Es por ello, que te haré poseedor de la respuesta sin cobrarte.
A las 3 semanas, el mago volvió a visitar al rey, entregándole un pequeño cofre.
El rey lo abrió, y halló un anillo con una frase grabada: "Esto también pasará".
Mientras se lo ponía, miró extrañado al mago, a lo que éste le dijo:
- Cada vez que te sientas feliz, desbordado de alegría, eufórico.., mira este anillo, y recuerda que esto también pasará. Del mismo modo, que cuando te sientas triste, roto, perdido o el llanto se haga el protagonista de tus días, vuelve a mirar este anillo y recuerda que... Esto también pasará.
Este pequeño relato me lo contó un extraño en el autobús.
Resultó no ser tan extraño.
17 de septiembre de 2011
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