26 de enero de 2015

Novela 1.0



Corrí.
Mis rodillas temblaban. Tenía que pensar en dar un siguiente paso. Más apresurado que el anterior.
Lloraba, balbuceaba un "socorro" sin apenas fuerzas. El cielo se rompía en un millón de matices. Azul oscuro, gris, negro.
El asfalto, el paisaje urbano, solitario. Mi cuerpo herido seguía avanzando lo más rápido posible entre un camino que se iba abriendo ante una libertad desconocida.

Por fin. Arrastrando mis heridas, conseguí salir de allí.