30 de septiembre de 2008

Mi mapa mundi.



Esto es Barcelona. 
Redonda; envolvente e insonora. Como una pecera.
El ruido me calma el pensamiento. 
Más fuerte, más alto, más doloroso; 
que me revientes los tímpanos (te ordeno), 
que me selles la boca y los ojos; 
ciérrame las manos, así, dos puños hacia dentro. 
Hermética, acogiendo el huracán.

Esto es Barcelona.
Y se me acaban las calles vírgenes
te me acabaste tú.
Un asfalto ardiente
y mis pies la memoria
que me oprime afilada
hiriente, asesina.

El eterno reproche;
que me has desencantado,
mujer.
De una punta
a otra punta
dando vueltas a la misma estación.
De un dolor
a otro dolor.
A otro dolor.
A otra vida.

Esto, sí.
Esta es la puta Barcelona
que no se lee en mapas.



27 de septiembre de 2008

Arma.

Se le escurrió la forma
entre los dedos.
Cayó, desierta de sí
sobre un cálido regazo.

Se bebió el reflejo
y se le atragantó el alma.
Se llora, que llora y llora
y quiere reducirse a media.

Se llora, que llora y llora.
Y se intenta tragar.

Con el dolor que esto genera,
amor.
Con el dolor que esto genera.
Que aún me queda carne
por rasgar.
Híncame. Hondo.
Híncame el sentimiento,
que yo te sangro.

25 de septiembre de 2008

Iron & Wine.




Una piel verde y húmeda
a ambos lados
el cuerpo extendido
sin fin.

Hoy nadie llora
con el pecho
y en los ojos
un espejo.

Yo me quedo
con tu peso y calor.
Claro, yo me quedo
celándome del sueño
que te ensordece el corazón.

Pero insisto,
que sí, que yo me quedo
y me quedaría otra vez
para que te acerques un poco
y decidas volver.



20 de septiembre de 2008

Olas.




Con el sentido ciego
de la vista
con la memoria por retina
y un iris blanco, virgen,
rebosante de nada.

El miedo tiembla
al oír su propio nombre
con tal agonía
que empequeñece y llora
y llora, y duerme.

Tengo dos manos.
Con una, 
agarro la otra.
Y de guía un latido.

Una ceguera
de los sentidos
como pasaba tiempo atrás
cuando los callabas.

Y aún así, confieso
que me pierdo entre las dobleces
de tantas letras.


15 de septiembre de 2008

.



Me abriré en dos. 
Desde la cabeza
a los pies.
Y aún así 
no será suficiente.
¿Significa eso
que no acabo aquí?

Se me perdió la mitad.

14 de septiembre de 2008

Éxtasis.



El éxtasis 
es el final
cuando cruzas y caes
y mueren los ojos.

Cuando la carne se abre
cálida
acogiéndote.

El éxtasis 
es la percusión
de un cuerpo
sobre el otro.

Como dos recién nacidos
ciegos, torpes
se buscan.

[ Si entro estoy perdida.]

11 de septiembre de 2008

Fall.



[...]
¿y te acuerdas de las segundas oportunidades
antes de ir a dormir?

Del lienzo gris
congestionado
sobre nuestras cabezas.
Y esa atmósfera
de predisposición
como un cuerpo tembloroso
cayendo en espiral
dentro de la retina amada.

Como esculpir recuerdos
entre calles vírgenes.
Así viene el otoño.

6 de septiembre de 2008

Él y Ella XVII


Es difícil definir a una ciudad sin definirse a uno mismo.

La ciudad pesa cada vez más sobre la memoria. 

ciudad.

(Del lat. civĭtas, -ātis).

1. f. Conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas.

2. f. Lo urbano, en oposición a lo rural.

3. f. Ayuntamiento o cabildo de cualquier ciudad.

4. f. Título de algunas poblaciones que gozaban de mayores preeminencias que las villas.

5. f. Diputados o procuradores en Cortes, que representaban una ciudad en lo antiguo.



No tienen nombre. 

Se mueven por impulsos eléctricos; el uno encima de la una. Se comen con ansia, se purga el dolor.

Son dos desconocidos ante ellos, ante el otro. Se arrastran anudados y desnudos por las calles de su ciudad. Se miran y callan. 


Lamen sus bocas.


Él la recoge, ella lo atrapa. Son arácnidos tejiendo el silencio.


Esta ciudad de aceras movedizas y paisajes desenfocados que explota hoy.

Que explota hoy sobre ella.

Sobre ella él explota.

Él explota y ella se quema.


- No me hables si me miras.

- Pero mírame.


Se muerden los corazones como carroñeros hambrientos. 

Y aún así, poco se quieren.

Son uno.