7 de enero de 2009

Deshaciéndome del deshecho.




Se aleja
inevitablemente
aún humeante
el hedor
el crujir del suelo
chamuscado
ni el océano
apagará
todo el rastro
del ascua
y su furia.

Y me quemo.
Y renazco.

1 comentario:

àrid absurdalah dijo...

y renace una joya.
un tesoro entero.