se construye de canciones
la habitación,
y llegan con sonidos nuevos
se abren cielos anaranjados
posándose sobre su pecho
latidos de distinto corazón
el mar en calma, tan oscuro
tan denso, cubriéndome
distingo un punto luminoso
abriéndose entre la carne
partícula de fuego,
agrietados, rascando el espacio
abriéndose entre la carne
con las manos
hasta la próxima puesta de sol
anaranjada,
desplomándose
sobre mi espalda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario