Cada incis(i)o(n) perturbaba el brillo de su piel.
Un mapa se desplegaba a lo largo de sus brazos.
No era de porcelana.
Ni nunca lo fue.
El miedo se repartía las dos pupilas flotantes sobre el iris oscuro.
Recelo encubridor y encubierto.
La envoltura de no-porcelana confesaba, por el contrario, carreteras y senderos
hacia su única verdad.
Cada vez queda menos para llegar hasta el centro.
Y a ella siempre le gustó sentir la nostalgia
que provoca una falsa lejanía.
Destierro emocional.
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2 comentarios:
me gustan tus letras amontonadas formando palabras que se arrejuntan creando textos.
ni idea. puede, supongo.
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