11 de septiembre de 2007

Sick.

Que si no me encuentro ni sólida ni entera, que me goteo por cada hueco en que bajo la guardia y no reprimo ni me prohibo, que ni debo ni quiero, pero joder, no puedo, que echo de menos por echar algo y me quedo aquí, pensando y luchando conmigo misma y con muchas que no son yo, pero que ahí están; alimentándose de fallos o errores desdibujados una y otra vez. Mi cuerpo como lienzo y violentas pinceladas con el tiempo. Puntillismo interno, espesa, oleosa, casi acartonada y sigo subiendo el maldito escalón.
¿Que qué hay al final? Pues yo qué sé. Ni lo sé ni quiero saberlo, aunque mucho me temo que intuyo colores, formas, como un deficiente visual. Lazarillo y ciego a la vez, ¿qué puto juego es este? Si escribo las normas me sé todas las trampas. Un solo jugador sólo puede ganar. Perder. Ganar. Sí, ganar.

¿Ganar el qué?
¿Ganar a quién?
¿Ganarme a mí?
Pues venga, que me quiero ya.

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