clavados a la retina del otro
como perros hambrientos
y babosos
quiero contarte que ya
no estoy aquí
que no encontrarás nada mío
y que mi cuerpo caerá
sobre tu erección
sentirás una agónica soledad
créeme
el miedo, el salto
el vacío tembloroso
el calor, el aliento escapándose
el corazón delgado
tu espiral
sentirás
que todo se aleja
no hay nada que sujete el peso
de un hombre tan solo
tan viejo
tan cansado
sentirás
y esa será tu cruz
tu último pálpito
puedo salvarte
...
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