me encarcelo los dedos
por miedo a imantar
la carne
a la carne
y saciar el círculo
se repiten los trágicos finales
que tanto persigues
el romanticismo absurdo
de los libros que apilas
dentro de una mente hermética
con anarquías cuadradas
y miedos infantiles.
me excita
tanto
que la piel se da la vuelta
y me ves;
víscera y músculo
encarnando a la repugnancia
a la perversión.
las carnes se abren
cálidas
te anulan.
la carne se abre
cálida
te alumbra.
1 comentario:
Parece que se desgarra cada palabra mientras se lee.
Un gusto.
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