recostado
encajado entre mis brazos
como despidiéndote
ya muy lejos
y me acerco a tu boca
cálida
queriéndote oír
notarte
vibrar
en esta unión
hermética
de los dos
tú en mi
yo contigo
y el tiempo, sangrando.
gimiendo las horas
tras la puerta
de ésta;
nuestra dimensión.
secreta habitación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario