11 de mayo de 2010

11

recostado
encajado entre mis brazos
como despidiéndote
ya muy lejos

y me acerco a tu boca
cálida
queriéndote oír
notarte
vibrar


en esta unión
hermética
de los dos
tú en mi
yo contigo
y el tiempo, sangrando.
gimiendo las horas
tras la puerta
de ésta;
nuestra dimensión.
secreta habitación.

No hay comentarios: