9 de febrero de 2011

amuletos

me enredo entre años y monólogos
con mi distraída memoria
¿que no quieres recordar
aquél que juraste no olvidar?
sería un golpe demasiado
fuerte
para un orgullo demasiado
duro; ahora

pero ya consigues revolverte en la cama
sea cuál sea el lado en el que sueñes
esté frío o mantenga su calor
y fantaseas con su cuerpo
su vientre, fibrado
entre tus piernas
y al levantar la mirada
ver la mueca extasiada
del hombre vertiéndose
dentro tuyo

encogida,
agudiza bien los sentidos
que estás cerca
de quién tanto se esconde
tras los espejos

sarah
te completas por encima
de las piezas que te faltan
deja de buscar.

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