La chica se empeña en coser la herida
oscurecer las calles, cerrar y aún
supura
palpitante y quejosa
te me cruzas por casualidad
y me recuerdas tanto
a ti.
Y yo me empeño;
hundo la aguja
en la carne joven
de una ciudad que habla
una ciudad que se mece
por el mar.
1 comentario:
Tus poemas son adictivos... ya van tres. De éste me gusta especialmente esa continúo pasar la línea entre la realidad y la ficción.
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