24 de noviembre de 2007

Recuerdo arrugado.

Se me enquista el pensamiento.
La emoción ocupa más dentro de mí que
mi propio interior.
Tengo miedo a que la descubras
asomándose a través de mi cuero cabelludo
en mis pupilas, dilatadas
en mis piernas, temblorosas.
Grito, grito, grito hasta reventar mis cuerdas vocales
qué más me da quedarme sin voz
si no sé explicarme.

Por favor, vuelve.
Vuelve vuelve vuelve vuelve vuelve
no te vayas, vuelve por favor.
Quédate por favor.
Esperar empieza a no resultarme
una vía válida.

Puta niña interior.
Grita más fuerte,
más fuerte.





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